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Pinza vaginal y tecarterapia Winback
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Informe de un caso: tecarterapia Winback para la brida vaginal



Nuestra paciente tuvo un parto vaginal fácil hace 5 días, y fueron necesarios unos puntos para suturar un pequeño desgarro. En el examen clínico durante la consulta, se encontró una pequeña piel, como un "falso pliegue", en la entrada de la vagina. La paciente describe que no hay dolor, pero sin un tratamiento inmediato, este reborde podría engrosarse y ser responsable de la dispareunia intromisional.



Se propone una sesión de corriente de alta frecuencia. Para realizar la sesión, se utiliza el electrodo negro convexo durante 15 minutos al 20% de TEC, barriendo la zona de la cicatriz. El resultado es inmediato.


La reparación de las lesiones perineales debidas a desgarros espontáneos, o durante la episiotomía, suele descuidarse en el momento de la sutura, lo que puede dar lugar a complicaciones a largo plazo. Unas semanas o meses después, puede aparecer una dispareunia orificial, a menudo relacionada con una brida, y el tratamiento suele ser quirúrgico, con el riesgo de que la brida vuelva a aparecer más adelante. La cicatrización es un proceso por el que una herida se cierra de forma natural gracias al poder de regeneración de las células de los tejidos del propio cuerpo.

La duración del proceso varía en función de la persona y de su localización, ya que una herida cicatrizada en la dermis siempre sanará más rápido que una herida suturada bajo la dermis. Las células de la piel adyacente producen fibrillas de colágeno del 5º al 15º día, constituyendo una red de tejido fibroso de grosor variable. Una cicatriz perfecta y normal sería flexible a la palpación, sin "falsos pliegues" y sin perder su elasticidad con el tiempo.

Conclusión: el seguimiento de la cicatriz de una herida perineal es esencial. Basta con aconsejar al paciente que realice algunos masajes suaves para mantener el efecto de la sesión de corriente de alta frecuencia y que no dude en repetirla si es necesario. Las jóvenes que han dado a luz están encantadas y tranquilas, porque después de una o dos sesiones, reanudar la sexualidad ya no es un temor.

Estudio de caso de Chantal Fabre-Clergue, matrona